jueves, 28 de abril de 2022

PRÁCTICAS LABORALES EN PADERBORN IX

PRÁCTICAS LABORALES EN PADERBORN IX

EXPERIENCIA DE LAURA SÁNCHEZ

PRÁCTICAS LABORALES: BLUMEN RISSE

 Todo comenzó el pasado sábado 26 de febrero, quedamos los 6 alumnos con el profesor Paco en el aeropuerto de Alicante por la mañana, para coger nuestro vuelo rumbo a Alemania, concretamente hacia Düsseldorf. El vuelo fue tranquilo y como teníamos exámenes próximamente aprovechamos para hacer deberes a bordo. Llegamos sobre las 6 de la tarde y comenzamos nuestra aventura con un nuevo objetivo: coger el tren correcto hacia Colonia, donde pasaríamos la noche y parte del domingo, visitando la ciudad.

 

 Todo fue sobre ruedas, nos bajamos del tren y vimos a muchísima gente disfrazada por las calle, ya que era la semana de carnaval. Dimos un paseo nocturno y descansamos en el hotel para coger fuerzas para el resto de la semana. La mañana siguiente hicimos un poco de turismo en esta bonita ciudad: visitamos
el Puente Hohenzollern por el que pasa el río Rin, lleno de candados de amor; la tienda de las primeras colonias que deben su nombre a esta ciudad (4711) y la preciosa catedral, considerada una obra maestra de la arquitectura gótica mundial. Después del corto pero intenso tour, teníamos que coger un tren que nos llevara hasta nuestro destino final, donde pasaríamos el resto de nuestra semana: Paderborn. Fue todo un reto, pero hicimos buen equipo y todo salió como esperábamos. En la estación nos esperaban la profesora alemana Isabelle y algunas alumnas alemanas que nos acompañaron en nuestra estancia: Roj,
Anna… Dejamos nuestras cosas en el hotel y cenamos, y descubrimos que en Alemania necesitábamos test negativos.

 

 El lunes 28 comenzaba nuestra experiencia laboral y estábamos un poco nerviosos porque no controlabamos muy bien los autobuses, pero ahora ya somos unos máquinas. Desayunamos y mis
compañeros iban a Benteler, una fábrica especializada en procesar metales y yo a Blumen Risse, una franquicia de floristerías enormes con todo tipo de plantas, flores y decoraciones, repartidas por toda Alemania. Cuando llegué, me recibió el jefe de la tienda, Hammer, quien me la enseñó y me encargó tareas relacionadas con el mantenimiento y limpieza. En este puesto de trabajo estábamos una alumna estonia y yo. Además, la tienda contaba con su propia cafetería, muy bien decorada, donde muchísima gente iba a comer tartas o cafés, con muy buena pinta. Trabajaba de 9 a 4, con descansos claro.

 

 

Como el día anterior nos dimos el contacto con las alumnas alemanas, hablé con una de ellas que vivía
cerca de la floristería y quedé con ella. Muy cerca estaba el instituto, por lo que nos dimos un paseo y
me enseñó los exteriores. Me encantó, era muy grande y en un espacio libre cerca de un bosque, ví también el cartel que señala hacia Roldán. Después, nos llevaron hasta el hotel donde quedamos con los
demás para dar un paseo por la ciudad. Vimos el ayuntamiento, la catedral y otros monumentos históricos, mientras hablábamos y mejorábamos nuestro inglés;)

  

Al día siguiente, cogimos nuestros autobuses como ya de costumbre, a mi me acompañaba Paco. Ese día me encargué de ordenar y limpiar estanterías, ya que tenían muchísimos productos y muchísima gente transitaba la tienda. Me di cuenta de que en Alemania la gente compraba muchas flores y accesorios. Ese día cogí mi primer autobús sola y todo salió bien. Por la tarde, tuvimos que hacernos una PCR para poder entrar a los restaurantes.

  

El miércoles, mejoró la cosa ya que me enseñaron a hacer centros de flores desde cero, hasta su puesta en venta. Aprendiendo a trabajar con flores cuidadosamente, hasta crear como decía la mujer que me enseñó, Crystal, tu pequeña obra de arte. Esta era de las pocas que sabía un poco de inglés y fue con la que más hablé, me contó que llevaba 15 años en este oficio y que las flores eran su vida, fue muy emotivo. Además, me explicó que en Alemania tenían que estudiar y formarse para ejercer en su oficio, Blumen Rise ofrece un tipo de ciclo formativo que combina la enseñanza con prácticas en sus tiendas, preparando a las personas completamentey casi garantizando un puesto de trabajo al acabar.

  

Esa tarde habían preparado una barbacoa en la hoguera del jardín del instituto, en la que nos reunimos profesores y alumnos alemanes, estonios y españoles. Me reencontré con mi host de Estonia, Liis y con una profesora alemana que conocí en Estonia, Andrea, y nos hicimos esta foto con el profesor Marcus, que viene la próxima semana a Roldán. Compartimos ideas, comparamos los sistemas educativos y nos enseñaron la clase de tecnología, llena de impresoras 3D. Fue una tarde muy divertida, que nos permitió socializar y hablar con personas muy interesantes, lo bonito de las experiencias Erasmus.

  

Como estaba interesada en el sistema educativo alemán, hablé con los profesores ya mencionados y me propusieron ir el día siguiente al instituto, ya que Andrea impartía clases de biología bilingües en inglés. Me llamó la atención que las clases eran muy participativas, muy prácticas y orales manteniendo debates muy interesantes, por ejemplo ese día hablaron sobre el aborto y llenaban las paredes de esquemas y dibujos con vocabulario a la vez que avanzaban en la asignatura, ya que en vez de libro la profesora habia creado una colección de fichas. Otra cosa interesante, es que todos los alumnos se realizaban varios días a la semana un test covid, como yo aquel día también para poder comer en la cafetería (la comida estaba muy buena por cierto). Contaban con dos descansos uno corto a las 9: 25 y
un segundo a las 11:15 en el que comían, y según el curso tenían un horario. Yo estuve en clase de biología, filosofía, matemáticas y en una de español, que fue muy guay ver cómo aprendían el idioma formando parte de la clase. Por la tarde, aproveché para descansar y hacer deberes, y más tarde fuimos a la bolera, que nos lo pasamos genial:)

  

 El viernes era el último día y salimos un poco antes del trabajo, hice mis últimos centros de flores. Después, las alumnas alemanas pasaron por mi y fui al instituto, y me hicieron un tour completo por dentro. Era enorme y era increíble el número de recursos, laboratorios y materiales de los que disponían, que hacen por supuesto de la educación algo de lo que realmente disfrutar. Por la tarde descansamos y paseamos por la ciudad para hacer unas últimas compras, aunque todo cerraba muy pronto. La mañana siguiente madrugamos para coger nuestro último tren destino a donde todo comenzó, el aeropuerto de Düsseldorf, que tenía un skytrain muy chulo. Aquí terminaba nuestra gran aventura, llena de risas con Paco y con mis compañeros. Aprendimos la importancia de estudiar y encontrar un puesto de trabajo que verdaderamente te guste, en el que puedas poner pasión. Siempre
recordaré la experiencia con cariño, ya que nos aportó muchísimo, sobre todo personas y emociones. Siempre recomendaré participar en este tipo de proyectos:)